En la constelación de grandes mentes que han surcado los mares del conocimiento humano y luchado por la igualdad social, brilla con luz propia la figura de Angeline Stickney Hall. Esta pionera, nacida en la austeridad pero enriquecida con un espíritu indomable, trazó su órbita desde los confines de la pobreza hasta el observatorio donde los secretos de Marte fueron revelados. Su historia entrelaza los delicados hilos de la matemática astronómica con el acero tenaz de la justicia social, tejiendo una vida que desafió los confines terrestres de su género y raza. Angeline no solo fue la musa inspiradora y colaboradora esencial en el descubrimiento de Deimos y Fobos, sino que también fue una ferviente sufragista y abolicionista, levantando su voz en un coro que demandaba cambio y equidad. Su legado, a menudo oscurecido por las sombras de su época, merece ser iluminado, celebrando no sólo los logros alcanzados bajo el vasto cielo nocturno, sino también aquellos forjados en los duros y a veces ingratos campos de batalla social.

Angeline Stickney Hall: una mujer de ciencia y de causas
Angeline Stickney Hall fue una mujer que dedicó su vida a la ciencia y a la defensa de los derechos de las mujeres y de las personas afroamericanas. Nacida el 1 de noviembre de 1830 en una familia pobre, logró acceder a una educación universitaria gracias al apoyo de su hermana Ruth y al espíritu progresista del Central College de McGraw (Nueva York), donde estudió ciencias y matemáticas. Allí conoció a su futuro marido, Asaph Hall, un joven astrónomo que fue su alumno de geometría y alemán. Se casaron en 1856 y se trasladaron a varios lugares hasta que Asaph consiguió un puesto en el Observatorio Naval de los Estados Unidos en Washington D.C.
Una colaboradora en el descubrimiento de las lunas de Marte
Angeline colaboró con su esposo en sus investigaciones astronómicas, realizando cálculos matemáticos sobre los datos que él recogía con el telescopio. Fue ella quien lo animó a continuar su búsqueda de satélites de Marte cuando él estaba a punto de darse por vencido, después de meses de observaciones infructuosas. Gracias a su persistencia, Asaph descubrió con éxito las dos lunas de Marte, Deimos y Fobos, en agosto de 1877. En reconocimiento a su papel, el cráter más grande de Fobos lleva el nombre de Stickney. Sin embargo, Angeline no recibió ningún crédito oficial ni remuneración por su trabajo, ya que su marido se negó a pagarle un salario equivalente al de un hombre por sus cálculos. Esto provocó que Angeline interrumpiera su colaboración con él y se dedicara a otras actividades.
Una defensora del sufragio femenino y de la abolición de la esclavitud
Angeline fue una mujer comprometida con las causas sociales de su época, especialmente con el sufragio femenino y la abolición de la esclavitud. Desde su época de estudiante en el Central College, se entusiasmó por estos movimientos, que contaban con el apoyo de la institución, donde podían estudiar mujeres y afroamericanos libres. Angeline participó activamente en organizaciones sufragistas, como la Asociación Nacional del Sufragio Femenino, y en campañas para conseguir el voto de las mujeres en varios estados. También fue una abolicionista convencida, que apoyó la causa de la Unión durante la Guerra Civil y que acogió en su casa a refugiados afroamericanos que escapaban de la esclavitud. Además, educó a sus cuatro hijos en su hogar, inculcándoles los valores de la igualdad y la libertad. Todos ellos siguieron estudios universitarios en Harvard y se dedicaron a profesiones relacionadas con la ciencia, la educación o el ministerio.
Una mujer adelantada a su tiempo
Angeline Stickney Hall murió el 3 de julio de 1892 en North Andover (Massachusetts), a los 61 años de edad. Su vida fue un ejemplo de superación, de pasión por la ciencia y de compromiso con la justicia. Fue una mujer adelantada a su tiempo, que tuvo que enfrentarse a las barreras y los prejuicios que limitaban las oportunidades y los derechos de las mujeres en su sociedad. A pesar de ello, logró dejar su huella en la historia de la astronomía y en la lucha por el sufragio femenino. Su biografía fue escrita por su hijo Angelo Hall, que quiso rendirle homenaje como “una mujer de ciencia y de causas”..
Conclusión
Angeline Stickney Hall fue una mujer cuya vida trascendió las coordenadas de su tiempo, desempeñando un papel fundamental en uno de los descubrimientos astronómicos más notables del siglo XIX, mientras simultáneamente combatía por la igualdad de género y racial en una era de profundas divisiones. Al final de su viaje terrenal, dejó un legado que es tanto un testimonio de la tenacidad humana como una llamada a la reflexión sobre los reconocimientos negados. En el firmamento de la historia, su contribución permanece como un faro de inspiración, recordándonos que el verdadero cambio es a menudo obra de aquellos cuyos nombres no están inscritos en los titulares, pero cuya influencia se extiende, silenciosa y poderosa, como la gravedad que mantiene en curso a los mismísimos planetas que ella ayudó a descubrir.
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