En una época de grandiosas innovaciones y estilos audaces, surge una joya de la ingeniería automotriz que desafía los estándares: el Cord L-29. No es solo un automóvil, sino una declaración de principios estéticos y técnicos que reflejan el genio de su época. Entre sus aficionados, se encuentra un gigante de la arquitectura moderna, Frank Lloyd Wright, cuyo amor por las líneas y la funcionalidad se entrelaza con la filosofía detrás de este vehículo. Con un diseño que desborda elegancia y una tracción que rompe con lo convencional, el Cord L-29 no es meramente un medio de transporte, sino una obra de arte en movimiento, teñida con el vibrante Rojo Cherokee que resonaba con la pasión de Wright. Este es un relato de cómo la vanguardia y el arte se fusionaron en la creación de un coche que, más que llevarnos de un lugar a otro, nos transporta a una era de esplendor y creatividad sin parangón.



El Cord L-29 de Frank Lloyd Wright: un coche de vanguardia
El Cord L-29 fue el primer automóvil de producción estadounidense con tracción delantera, una innovación que permitía un diseño más bajo y elegante que los coches convencionales de la época. Fue lanzado al mercado en 1929, justo antes del estallido de la Gran Depresión, lo que limitó sus ventas a solo unos 5,000 ejemplares.
Uno de los propietarios más ilustres del Cord L-29 fue el renombrado arquitecto Frank Lloyd Wright, quien compró un modelo convertible en 1929 y lo condujo durante muchos años. Wright era un apasionado de los coches y los consideraba una forma de arte. Le gustaba personalizar sus vehículos con colores llamativos y detalles únicos. El Cord L-29 lo pintó de un tono naranja óxido, que él llamaba Rojo Cherokee, en honor a sus supuestos antepasados indígenas.
Wright admiraba el Cord L-29 por su ingeniería y su estética. En una carta al fabricante, escribió: “Me hice propietario de un Cord porque creo que el principio de la tracción delantera es lógico y científico, por lo tanto, inevitable para todos los coches. Pero también las proporciones y líneas del Cord se acercan más a expresar la belleza tanto de la ciencia como de la lógica que cualquier otro coche que haya visto”.
Características técnicas del Cord L-29
El Cord L-29 estaba impulsado por un motor Lycoming de ocho cilindros en línea, con una cilindrada de 298.6 pulgadas cúbicas, que producía 125 caballos de fuerza. El motor estaba acoplado a una transmisión de tres velocidades, que se accionaba mediante una palanca situada en el tablero. La velocidad máxima del coche era de unos 130 km/h.
La distancia entre ejes del Cord L-29 medía 137.5 pulgadas y el coche pesaba unas 4,300 libras. El chasis era de acero y la carrocería era de aluminio. El coche tenía frenos hidráulicos en las cuatro ruedas, una novedad para la época. El coche tenía un diseño aerodinámico, con una parrilla estilizada, unos guardabarros curvos y unas luces delanteras integradas.
El precio al consumidor del Cord L-29 era de $3,295 cuando era nuevo, lo que lo hacía un coche de lujo solo al alcance de unos pocos. Hoy en día, el Cord L-29 es una pieza de colección muy valorada por los aficionados a los coches clásicos. El Cord L-29 que perteneció a Frank Lloyd Wright se conserva en el Museo de Automóviles Auburn Cord Duesenberg, en Indiana.
El Cord L-29: un coche adelantado a su tiempo
El Cord L-29 fue un coche que rompió los moldes de su época, tanto por su innovadora tracción delantera como por su elegante diseño. Su creador, Errett Lobban Cord, quiso hacer el mejor coche de lujo de Estados Unidos, y para ello se inspiró en la ingeniería y la estética de los coches de carreras de Harry A. Miller. El resultado fue un coche bajo, aerodinámico y refinado, que llamaba la atención por sus detalles art déco y su colorido.
El Cord L-29 de Frank Lloyd Wright: una obra de arte sobre ruedas
Uno de los admiradores y propietarios del Cord L-29 fue el famoso arquitecto Frank Lloyd Wright, quien lo personalizó con su color favorito, el Rojo Cherokee. Wright consideraba el coche como una forma de arte y lo elogió por su belleza y su lógica. El coche fue su compañero de viaje durante muchos años, y tras su muerte, fue adquirido por su fundación y restaurado. Hoy en día, el coche se exhibe en el Museo de Automóviles Auburn Cord Duesenberg, en Indiana, donde se puede apreciar su singularidad y su valor histórico.

Breve Reseña de Frank Lloyd Wright
Frank Lloyd Wright, nacido el 8 de junio de 1867, fue un visionario arquitecto estadounidense cuya influencia en el diseño del siglo XX es incuestionable. Con más de 1,000 estructuras diseñadas a lo largo de su extensa carrera de siete décadas, Wright fue un pionero en el movimiento de la arquitectura orgánica, defendiendo que las estructuras humanas deberían coexistir en armonía con la humanidad y su entorno. Su enfoque holístico hacia la arquitectura integraba cada elemento de diseño, desde los planos del sitio hasta los detalles de los muebles y las ventanas.
Entre sus obras más emblemáticas se encuentran la Casa de la Cascada (Fallingwater) en Pennsylvania, que se suspende audazmente sobre una cascada natural, y el Museo Guggenheim de Nueva York, con su forma espiral única y revolucionaria. Wright también es conocido por su concepto de la vivienda usoniana, diseñada para ser asequible y accesible para el estadounidense medio, reflejando su creencia en la democracia a través del diseño.
Frank Lloyd Wright no solo dejó su marca en el mundo de la arquitectura sino también en la cultura popular, reconocido tanto por su personalidad fuerte y su estilo de vida poco convencional como por sus diseños innovadores. Hasta el final de su vida en 1959, Wright se mantuvo como un defensor infatigable de su visión arquitectónica, educando a la próxima generación de arquitectos y dejando un legado perdurable que continúa inspirando y desafiando los límites de la imaginación en el diseño arquitectónico.
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