En el corazón de California, entre el bullicio de la modernidad y las huellas de la historia, yace una ciudad cuyo nombre resuena con el eco de los ángeles y la grandeza de las reinas. Los Ángeles, conocida por muchos como la ciudad de las estrellas, oculta tras su fama contemporánea un pasado fascinante y diverso. Su nombre completo, El Pueblo de Nuestra Señora la Reina de los Ángeles de Porciúncula, es un mosaico de influencias religiosas, culturales y geográficas, un legado de su fundación española que ha evolucionado a lo largo de los siglos. Este ensayo se adentra en las profundidades de esa historia rica y colorida, desentrañando los acontecimientos que han moldeado a Los Ángeles desde sus inicios humildes hasta convertirse en el vibrante centro cultural y económico que es hoy.




El Pueblo de Nuestra Señora la Reina de los Ángeles de Porciúncula


Los Ángeles es la ciudad más poblada de California y la segunda más poblada de Estados Unidos, con más de 3,9 millones de habitantes. Es también el centro cultural, económico y político de una vasta área metropolitana que alberga a más de 18 millones de personas. Su nombre oficial, que pocos conocen, es El Pueblo de Nuestra Señora la Reina de los Ángeles de Porciúncula, y tiene su origen en la fundación española de la ciudad en 1781. En este ensayo, se explicará el significado y la historia de este nombre, así como los principales acontecimientos que han marcado el crecimiento y la transformación de Los Ángeles desde sus orígenes hasta la actualidad.


El nombre de Los Ángeles


El nombre completo de Los Ángeles es una de las denominaciones más largas del mundo para una ciudad. Se compone de varios elementos que reflejan la influencia religiosa y geográfica de los fundadores españoles. El primero de ellos es El Pueblo, que indica que se trata de un asentamiento civil, a diferencia de los presidios (militares) y las misiones (religiosas) que también se establecieron en la Alta California. El segundo es Nuestra Señora la Reina de los Ángeles, que es un título mariano que honra a la Virgen María como la protectora y la patrona de la ciudad. El tercero es de Porciúncula, que es el nombre del río que atraviesa la ciudad y que fue bautizado así por el padre Juan Crespí, un franciscano que acompañó la expedición de Gaspar de Portolá en 1769. Porciúncula significa “pequeña porción” y se refiere a la capilla donde San Francisco de Asís fundó la orden franciscana en Italia. Así, el nombre de Los Ángeles combina la devoción a la Virgen, la presencia de los franciscanos y la ubicación junto al río.


La fundación de Los Ángeles


Los Ángeles fue fundada el 4 de septiembre de 1781 por el gobernador Felipe de Neve, siguiendo las órdenes del virrey Antonio María de Bucareli y del rey Carlos III de España. El objetivo era crear un pueblo que sirviera de apoyo a las misiones y los presidios que se habían establecido previamente en la región, y que fomentara el poblamiento y la agricultura. Los primeros pobladores fueron 44 personas, divididas en 11 familias, que provenían de las provincias de Sonora y Sinaloa, en el norte de México. Estas personas eran de diversas razas y orígenes, incluyendo indígenas, mestizos, mulatos y españoles. El lugar elegido para el pueblo fue una llanura aluvial cerca del río Porciúncula, donde se trazó un plano rectangular con una plaza central, una iglesia, una casa para el alcalde y varias parcelas para las familias. El pueblo se desarrolló lentamente, dedicándose principalmente a la agricultura, la ganadería y el comercio con las misiones y los presidios cercanos.


El crecimiento de Los Ángeles


Los Ángeles pasó por varios cambios políticos y sociales a lo largo de los siglos XIX y XX. En 1821, se independizó de España y se integró en México, lo que le dio mayor autonomía y libertad. En 1846, se involucró en la guerra entre México y Estados Unidos, que terminó con la cesión de California a este último país en 1848. En 1850, se incorporó como ciudad y se convirtió en la sede del condado de Los Ángeles. En 1876, se conectó con el ferrocarril transcontinental, lo que impulsó su economía y su población. En 1892, se descubrió petróleo en sus alrededores, lo que atrajo a numerosas empresas e inversionistas. En 1913, se inauguró el acueducto de Los Ángeles, que trajo agua desde el valle de Owens, a más de 300 kilómetros de distancia, y permitió el riego y el desarrollo urbano. En 1915, se consolidó como la capital mundial del cine, con la instalación de los principales estudios de Hollywood. En 1932, se celebraron los Juegos Olímpicos, que mostraron al mundo su progreso y su diversidad. En 1941, se convirtió en un centro industrial y militar, con la producción de aviones, barcos y armas para la Segunda Guerra Mundial. En 1960, se expandió con la construcción de una extensa red de autopistas, que facilitaron la movilidad y la suburbanización. En 1984, se volvieron a celebrar los Juegos Olímpicos, que fueron un éxito financiero y deportivo. En 1992, se vivieron los peores disturbios de su historia, provocados por el veredicto de inocencia de los policías que golpearon al afroamericano Rodney King. En 1994, se sufrió el terremoto de Northridge, que causó graves daños y pérdidas humanas. En 2000, se eligió al primer alcalde latino de la ciudad, Antonio Villaraigosa, que reflejó el creciente peso de la población hispana. En 2013, se eligió al primer alcalde judío de la ciudad, Eric Garcetti, que también tiene ascendencia mexicana e italiana.


Conclusión


Los Ángeles es una ciudad que ha tenido una historia fascinante y compleja, marcada por la diversidad, la innovación y los desafíos. Su nombre original, El Pueblo de Nuestra Señora la Reina de los Ángeles de Porciúncula, resume su esencia y su identidad, que combina la herencia española, la influencia religiosa, la riqueza natural y el espíritu pionero. Los Ángeles es una ciudad que se ha reinventado constantemente, adaptándose a los cambios y las oportunidades, y que ha contribuido al desarrollo y la cultura de Estados Unidos y del mundo. Los Ángeles es una ciudad que merece ser conocida y apreciada, tanto por su pasado como por su presente y su futuro.


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