En un universo donde la historia y la ciencia se entrelazan con el misterio y la leyenda, la figura de Nikola Tesla emerge como un faro de genialidad y curiosidad insaciable. Conocido por sus revolucionarios avances en electricidad y electromagnetismo, Tesla no solo transformó el mundo moderno, sino que también se sumergió en los enigmas de civilizaciones pasadas. Entre estas fascinaciones, destacan las majestuosas pirámides de Egipto, cuyos secretos milenarios parecían resonar con sus propias teorías vanguardistas. ¿Podrían estos monumentos ancestrales ser algo más que meras tumbas faraónicas? ¿Escondían acaso un conocimiento sobre energías desconocidas que Tesla anhelaba desentrañar? Este viaje a través de la mente de Tesla nos adentra en un mundo donde las pirámides egipcias no son solo maravillas arquitectónicas, sino potenciales centrales de una energía misteriosa y ancestral.




Nikola Tesla y el misterio de las pirámides


Nikola Tesla fue un genio visionario que revolucionó el campo de la electricidad y el electromagnetismo. Sus inventos y descubrimientos abarcan desde el motor de inducción, la corriente alterna, la radio, el radar, el control remoto, las bobinas de Tesla, el rayo de la muerte y la transmisión inalámbrica de energía. Tesla también fue un hombre de gran curiosidad y cultura, que se interesó por diversos temas como la filosofía, la literatura, la música, la física, la astronomía, la biología y la historia.

Entre sus fascinaciones, se encontraban las antiguas civilizaciones y sus misterios, especialmente los del antiguo Egipto y sus pirámides. Tesla creía que las pirámides eran mucho más que simples monumentos funerarios, y que ocultaban secretos sobre el origen y el destino de la humanidad, así como sobre el funcionamiento del universo. Tesla pensaba que las pirámides podían ser gigantescos transmisores de energía, que captaban y distribuían la fuerza vital del cosmos mediante algún mecanismo desconocido. Esta idea coincidía con su investigación sobre cómo enviar energía de forma inalámbrica a través del aire y la tierra, un sueño que nunca pudo realizar.

Tesla dedicó gran parte de su vida a estudiar las pirámides, y llegó a visitar Egipto en 1892, donde quedó impresionado por la grandeza y la belleza de las construcciones. Tesla también se inspiró en las pirámides para diseñar algunos de sus proyectos, como la Torre Wardenclyffe, una estructura de 57 metros de altura que pretendía ser el primer centro mundial de comunicación y transmisión de energía inalámbrica. La torre tenía una forma piramidal, y estaba coronada por una esfera de metal que contenía una bobina de Tesla. Tesla esperaba que la torre pudiera captar la energía del sol, de la ionosfera y de la resonancia de Schumann, y enviarla a cualquier parte del mundo sin cables ni pérdidas. Sin embargo, la torre nunca se terminó, y fue demolida en 1917 por falta de fondos y apoyo.


¿Eran las pirámides centrales eléctricas?


La hipótesis de que las pirámides fueran centrales eléctricas es muy antigua y popular, y ha sido defendida por diversos autores, investigadores y aficionados a lo largo de la historia. Según esta teoría, las pirámides podrían generar, almacenar y transmitir energía eléctrica mediante algún sistema basado en el agua, el sonido, el magnetismo, la geometría sagrada, la resonancia, la alquimia o la astrología. Algunos de los argumentos que se han usado para sostener esta teoría son los siguientes:

  • Las pirámides estaban conectadas con el río Nilo, que fluía bajo tierra y que proporcionaba un flujo constante de iones negativos, que se transferían a la ionosfera mediante la punta de la pirámide, creando un circuito eléctrico.
  • Las pirámides tenían cámaras y pasillos que actuaban como resonadores acústicos, que amplificaban el sonido y lo convertían en electricidad mediante el efecto piezoeléctrico del granito.
  • Las pirámides estaban alineadas con las estrellas, los planetas y los puntos cardinales, lo que les permitía captar la energía cósmica y armonizarla con la energía terrestre.
  • Las pirámides tenían propiedades curativas, conservadoras y potenciadoras, que se debían a la concentración de energía eléctrica y magnética en sus cámaras y pasillos.
  • Las pirámides podían iluminarse por dentro sin necesidad de antorchas ni lámparas, gracias a la electricidad que circulaba por sus paredes.
  • Las pirámides podían comunicarse entre sí y con otras civilizaciones antiguas, como la Atlántida, mediante ondas de radio o microondas.

Sin embargo, todas estas afirmaciones tienen problemas o contradicciones que las hacen poco plausibles o falsas. Por ejemplo:

  • No hay pruebas lingüísticas o arqueológicas que indiquen que las pirámides fueran centrales eléctricas. Por el contrario, hay evidencia de que las pirámides fueron construidas como tumbas para los faraones desde el reinado del rey Djoser hasta el rey Ahmose de la dinastía XVIII.
  • No se ha encontrado hollín en los corredores de las pirámides, lo que se usa para sugerir que debían usar iluminación eléctrica. Sin embargo, esto es falso, ya que hay mucho hollín encontrado dentro de las pirámides, la mayoría de él de visitantes de los siglos XVIII o XIX, que usaban lámparas de aceite y velas. Además, cuando se construyeron las pirámides, las cámaras y pasadizos se construyeron al aire libre, a la luz del día. Los techos de estos espacios solo se cerraron después de que el trabajo en los espacios estuviera casi terminado. Una vez completadas, no había necesidad de iluminación dentro.
  • El granito no es un conductor, al menos no por cualquier interpretación razonable de “conductor” en el contexto de la transmisión práctica de corriente eléctrica. El granito es al menos 10.000.000.000 veces menos conductor que el cobre.
  • La batería de Bagdad, que se usa como evidencia de que la electricidad se generaba y utilizaba ampliamente en el antiguo Egipto, no coincide con las fechas. La batería de Bagdad data de entre el 250 a.C. y el 224 d.C., mientras que las pirámides egipcias se construyeron entre el 2630 a.C. y el 2611 a.C. Además, solo se descubrió un pequeño número de estas “baterías de Bagdad”, mientras que el número de momias egipcias es de millones. También se encontraron varias lámparas de aceite de alabastro en la tumba de Tutankamón (pero no baterías).

Por lo tanto, la idea de que las pirámides fueran centrales eléctricas es muy improbable y no tiene apoyo científico. Sin embargo, esto no significa que las pirámides no sean impresionantes y fascinantes por sí mismas, ya que representan un gran logro de la ingeniería, la arquitectura y la cultura del antiguo Egipto. Tal vez Tesla encontró en ellas una fuente de inspiración y admiración, más que de energía.


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