En el corazón de la agitación revolucionaria de la Comuna de París en 1871, surgió una voz potente y apasionada: la de Eugène Pottier. Su poema “La Internacional” no solo encapsuló el fervor y la esperanza de los trabajadores de esa época, sino que, al ser musicalizado por Pierre Degeyter en 1888, se convirtió en el himno eterno del proletariado mundial, resonando a través de generaciones y fronteras.

“La Internacional” es más que una canción; es un llamado a la unidad y a la lucha contra la opresión. Desde las barricadas parisinas hasta los movimientos obreros globales, este himno ha inspirado a millones en su búsqueda de igualdad y justicia social. Con letras que invocan la resistencia y la emancipación, ha mantenido su relevancia y poder en un mundo en constante cambio.


El CANDELABRO.ILUMINANDO MENTES 
Imágenes Ideogram Al 

La Internacional: Himno del Proletariado Mundial


El 23 de junio de 1871, en medio del fervor revolucionario de la Comuna de París, Eugène Pottier escribió “La Internacional”, un poema que se convertiría en el himno de los trabajadores de todos los países. Aunque inicialmente recitada o leída, la obra no fue cantada hasta que en 1888 Pierre Degeyter le puso música. Desde entonces, “La Internacional” se ha erigido como una de las piezas musicales más cantadas en el mundo, primero como himno de los socialistas franceses y luego como himno del proletariado mundial, adoptada por la Internacional Socialista.

Eugène Pottier, nacido en París en 1816, fue un obrero, poeta y revolucionario francés que participó activamente en la Comuna de París, un levantamiento revolucionario que tuvo lugar en la capital francesa desde marzo hasta mayo de 1871. La Comuna de París fue una respuesta a la derrota de Francia en la Guerra Franco-Prusiana y la subsiguiente rendición y establecimiento de una Asamblea Nacional conservadora. La Comuna, que abogaba por una serie de reformas sociales radicales, fue brutalmente reprimida, y miles de comuneros, incluidos Pottier, fueron encarcelados o ejecutados.

En este contexto de lucha y represión, Pottier escribió “La Internacional” como un canto de esperanza y resistencia para los trabajadores. La letra del himno refleja el deseo de derrocar a los opresores y establecer una sociedad igualitaria y justa. La primera estrofa, “¡Arriba, parias de la Tierra! ¡En pie, famélica legión! Atruena la razón en marcha: es el fin de la opresión”, convoca a los trabajadores de todo el mundo a unirse en la lucha contra la opresión y la explotación.

La musicalización de Pierre Degeyter en 1888 fue un paso crucial en la popularización de “La Internacional”. Degeyter, un trabajador belga de origen francés y miembro del Partido Obrero Francés, compuso una melodía poderosa y memorable que permitió que el poema de Pottier fuera cantado en manifestaciones y reuniones obreras. Esta combinación de letra y música capturó la imaginación de los trabajadores y se difundió rápidamente por toda Europa y más allá.

La adopción de “La Internacional” por la Segunda Internacional en 1890 consolidó su estatus como himno del movimiento obrero internacional. La Segunda Internacional, fundada en 1889, fue una organización de partidos socialistas y laboristas que promovía la cooperación y solidaridad entre los trabajadores de diferentes países. La elección de “La Internacional” como himno reflejaba los ideales de unidad y lucha común que guiaban a la organización.

La letra de “La Internacional” se centra en la lucha de clases y la necesidad de la acción colectiva para derrocar al sistema capitalista. “Ni en dioses, reyes ni tribunos, está el supremo salvador. Nosotros mismos realicemos el esfuerzo redentor” subraya la importancia de la autoliberación de los trabajadores, sin depender de líderes o salvadores externos. Esta idea resuena con las teorías marxistas de la autoemancipación del proletariado y la lucha contra la alienación y explotación capitalista.

Otro aspecto clave de “La Internacional” es su visión de un futuro donde la igualdad y la justicia social prevalecen. La estrofa “Basta ya de tutela odiosa, que la igualdad ley ha de ser: ‘No más deberes sin derechos, ningún derecho sin deber'” aboga por la abolición de las jerarquías y la creación de una sociedad basada en la equidad y la reciprocidad. Esta visión utópica ha inspirado a generaciones de activistas y revolucionarios a luchar por un mundo mejor.

La canción, en su versión completa, incluye las siguientes letras:¡Arriba, parias de la Tierra! ¡En pie, famélica legión! Atruena la razón en marcha: es el fin de la opresión. Del pasado hay que hacer añicos. ¡Legión esclava en pie a vencer! El mundo va a cambiar de base. Los nada de hoy todo han de ser. Agrupémonos todos, en la lucha final. El género humano es la internacional. (Bis) Ni en dioses, reyes ni tribunos, está el supremo salvador. Nosotros mismos realicemos el esfuerzo redentor. Para hacer que el tirano caiga y el mundo esclavo liberar, soplemos la potente fragua que el hombre nuevo ha de forjar. Agrupémonos todos, en la lucha final. El género humano es la internacional. (Bis) La ley nos burla y el Estado oprime y sangra al productor; nos da derechos irrisorios, no hay deberes del señor. Basta ya de tutela odiosa, que la igualdad ley ha de ser: "No más deberes sin derechos, ningún derecho sin deber". Agrupémonos todos, en la lucha final. El género humano es la Internacional. (Bis).

A lo largo del siglo XX, “La Internacional” se mantuvo como un símbolo poderoso del movimiento obrero y socialista. Fue el himno oficial de la Unión Soviética hasta 1944 y siguió siendo una canción emblemática en muchos países socialistas y comunistas. También se cantó en numerosos movimientos de liberación nacional y luchas por los derechos civiles y laborales en todo el mundo.

En la actualidad, aunque el contexto político y económico ha cambiado, “La Internacional” sigue siendo un himno relevante y evocador para muchos. Su llamado a la unidad y la lucha por la justicia social resuena en un mundo todavía marcado por la desigualdad y la explotación. La canción sigue siendo interpretada en manifestaciones y actos políticos, recordando a los trabajadores de todo el mundo la importancia de la solidaridad y la resistencia colectiva.

Además, la influencia de “La Internacional” se ha extendido más allá de los movimientos obreros y socialistas. Ha sido reinterpretada y adaptada por diversos artistas y movimientos culturales, desde el punk hasta la música folk, manteniendo su relevancia y resonancia en diferentes contextos.

En conclusión, “La Internacional” no es solo un himno de los trabajadores, sino también un poderoso símbolo de lucha y esperanza. Desde su creación en la Comuna de París hasta su adopción por la Internacional Socialista y su difusión global, la canción ha sido una fuente de inspiración y un llamado a la acción para millones de personas. Su mensaje de unidad, resistencia y emancipación sigue siendo relevante en la lucha continua por un mundo más justo e igualitario.


El CANDELABRO.ILUMINANDO MENTES 

1. #LaInternacional 2. #EugènePottier 3. #PierreDegeyter 4. #HimnoObrero 5. #ComunaDeParís 6. #MovimientoObrero 7. #Solidaridad 8. #JusticiaSocial 9. #LuchaDeClases 10. #InternacionalSocialista 11. #Proletariado 12. #Revolución


Descubre más desde REVISTA LITERARIA EL CANDELABRO

Suscríbete y recibe las últimas entradas en tu correo electrónico.