En el corazón del Bhagavad Gita se esconde un conocimiento atemporal que desafía la percepción humana de la vida y la muerte. Krishna enseña que el alma es eterna, inmutable y ajena al ciclo de nacimiento y destrucción. Más allá del cuerpo perecedero, existe una esencia indestructible que trasciende el tiempo. Esta reflexión nos invita a desapegarnos de lo efímero y comprender la verdadera naturaleza del ser, ofreciendo una visión liberadora sobre la existencia y la trascendencia.
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Capítulo 2: Versos 11-22
En Sánscrito:
11. श्रीभगवानुवाच:
अशोच्यानन्वशोचस्त्वं प्रज्ञावादांश्च भाषसे।
गतासूनगतासूंश्च नानुशोचन्ति पण्डिताः॥
12. न त्वेवाहं जातु नासं न त्वं नेमे जनाधिपाः।
न चैव न भविष्यामः सर्वे वयमतः परम्॥
13. देहिनोऽस्मिन्यथा देहे कौमारं यौवनं जरा।
तथा देहान्तरप्राप्तिर्धीरस्तत्र न मुह्यति॥
14. मातरस्पर्शास्तु कौन्तेय शीतोष्णसुखदुःखदाः।
आगमापायिनोऽनित्यास्तांस्तितिक्षस्व भारत॥
15. यं हि न व्यथयन्त्येते पुरुषं पुरुषर्षभ।
समदुःखसुखं धीरं सोऽमृतत्वाय कल्पते॥
16. नासतो विद्यते भावो नाभावो विद्यते सतः।
उभयोरपि दृष्टोऽन्तस्त्वनयोस्तत्त्वदर्शिभिः॥
17. अविनाशि तु तद्विद्धि येन सर्वमिदं ततम्।
विनाशमव्ययस्यास्य न कश्चित्कर्तुमर्हति॥
18. अन्तवन्त इमे देहा नित्यस्योक्ता: शरीरिणः।
अनाशिनोऽप्रमेयस्य तस्माद्युध्यस्व भारत॥
19. य एनं वेत्ति हन्तारं यश्चैनं मन्यते हतम्।
उभौ तौ न विजानीतो नायं हन्ति न हन्यते॥
20. न जायते म्रियते वा कदाचिन्
नायं भूत्वा भविता वा न भूयः।
अजो नित्यः शाश्वतोऽयं पुराणो
न हन्यते हन्यमाने शरीरे॥
21. वेदाविनाशिनं नित्यं य एनमजमव्ययम्।
कथं स पुरुषः पार्थ कं घातयति हन्ति कम्॥
22. वासांसि जीर्णानि यथा विहाय
नवानि गृह्णाति नरोऽपराणि।
तथा शरीराणि विहाय जीर्णा-
न्यन्यानि संयाति नवानि देही॥
Traducción al español:
11. El Señor Bienaventurado dijo:
Te lamentas por aquello que no merece lamento, y aun así hablas palabras de sabiduría. Los sabios no se lamentan ni por los vivos ni por los muertos.
12. Nunca ha habido un momento en el que yo no haya existido, ni tú, ni todos estos reyes. Tampoco dejarán de existir en el futuro.
13. Así como el alma encarnada pasa de la niñez a la juventud y a la vejez, de la misma manera, pasa a otro cuerpo después de la muerte. El sabio no se confunde por este cambio.
14. ¡Oh, hijo de Kunti! Los sentidos nos hacen experimentar el calor y el frío, el placer y el dolor. Estas percepciones son temporales y cambiantes; aprende a soportarlas.
15. Aquél a quien no perturban estas dualidades, ¡oh, tú, el mejor de los hombres!, y quien permanece sereno tanto en el placer como en el dolor, está capacitado para alcanzar la inmortalidad.
16. Lo irreal nunca tiene existencia, y lo real nunca deja de ser. Los sabios que han visto la verdad han concluido esto.
17. Sabe que lo que penetra todo este universo es indestructible. Nadie puede destruir esta esencia imperecedera.
18. Los cuerpos son temporales, pero el alma que habita en ellos es eterna, indestructible e incomprensible. Por lo tanto, ¡levántate y lucha, oh Bharata!
19. Quien cree que el alma puede matar o ser matada, no comprende. El alma ni mata ni es matada.
20. Nunca nace ni muere; no ha surgido en el pasado ni surgirá en el futuro. Es no nacida, eterna, siempre existente e imperecedera. No perece cuando el cuerpo es destruido.
21. Aquel que sabe que el alma es indestructible, eterna, no nacida e inmutable, ¿cómo puede matar o causar la muerte?
22. Así como una persona se despoja de las ropas viejas y se viste con nuevas, el alma abandona los cuerpos gastados y toma otros nuevos.
La Eternidad del Alma y la Trascendencia de la Muerte en el Bhagavad Gita: Un Análisis del Capítulo 2, Versos 11-22
El Bhagavad Gita, uno de los textos más venerados de la tradición espiritual y filosófica de la India, contiene enseñanzas universales que trascienden las barreras de tiempo, cultura y geografía. En el capítulo 2, versos 11 al 22, se presenta una de las exposiciones más profundas sobre la naturaleza del alma, la transitoriedad del cuerpo y la importancia de comprender la inmortalidad en el camino hacia la realización espiritual. Estas enseñanzas, impartidas por Krishna a Arjuna en el campo de batalla de Kurukshetra, no solo abordan las inquietudes inmediatas de Arjuna, sino que ofrecen una guía eterna para la humanidad.
El verso 11 abre con una reprensión amorosa de Krishna hacia Arjuna, señalando que sus lamentos son impropios de un hombre sabio. Aquí, Krishna introduce la distinción fundamental entre el cuerpo perecedero y el alma eterna. En este contexto, la sabiduría no radica en lamentarse por la muerte o la vida, sino en comprender la verdadera naturaleza de la existencia. Este verso establece el tono para los posteriores, donde Krishna profundiza en la idea de la inmortalidad del alma.
En los versos 12 y 13, Krishna establece una verdad ontológica fundamental: el alma, o atman, nunca deja de existir. Aquí, la eternidad no se limita al pasado ni al futuro, sino que se enmarca en un presente continuo e inmutable. La analogía presentada en el verso 13, que compara las etapas de la vida humana con el proceso de cambio de cuerpos tras la muerte, enfatiza la inevitabilidad y naturalidad de este proceso. Esta perspectiva invita a reflexionar sobre la muerte no como un fin, sino como una transición necesaria en el ciclo de la existencia.
Los versos 14 y 15 introducen el concepto de la dualidad del mundo material, manifestada en experiencias como el placer y el dolor, el calor y el frío. Estas dualidades son temporales y deben ser soportadas con ecuanimidad, un rasgo que Krishna describe como esencial para alcanzar la inmortalidad espiritual. Aquí, se vislumbra un paralelo con las filosofías estoicas de Occidente, que también enfatizan la importancia de la imperturbabilidad frente a las vicisitudes de la vida.
La idea de lo real y lo irreal, presentada en el verso 16, es un tema central en las filosofías vedánticas. Lo irreal, identificado con el cuerpo y el mundo material, carece de existencia permanente, mientras que lo real, el alma, es eterno e inmutable. Este contraste no solo redefine la percepción de la muerte, sino que también subraya la necesidad de desapegarse de las identificaciones superficiales con el cuerpo.
En los versos 17 al 20, Krishna afirma la naturaleza indestructible del alma. La comparación entre el alma y el cuerpo como elementos esencialmente diferentes destaca la supremacía de la conciencia sobre lo material. Aquí, Krishna refuta la noción de que el alma puede ser afectada por acciones como matar o morir. El verso 20, en particular, encapsula la esencia del Bhagavad Gita, describiendo el alma como no nacida, eterna y más allá del cambio. Esta perspectiva resuena con la idea de lo absoluto en el Advaita Vedanta, que postula que la verdadera realidad es inmutable y no dual.
El verso 22 concluye esta serie con una metáfora poderosa: el alma, como una persona que cambia ropas viejas por nuevas, abandona los cuerpos gastados y asume otros nuevos. Esta imagen, tan simple como profunda, desmitifica la muerte, presentándola como un evento tan natural como el cambio de vestimenta. Al mismo tiempo, sugiere la continuidad del alma y su progreso a través de diferentes formas de existencia.
Desde un punto de vista filosófico, estos versos plantean preguntas fundamentales sobre la naturaleza de la realidad, la identidad y el propósito de la vida. ¿Qué significa existir si el cuerpo es solo una envoltura temporal? ¿Cómo afecta esta comprensión a nuestras acciones y decisiones diarias? El Bhagavad Gita no solo proporciona respuestas a estas preguntas, sino que también ofrece una guía práctica para vivir con sabiduría y compasión.
En términos espirituales, el mensaje de Krishna invita al lector a trascender el miedo a la muerte y a adoptar una perspectiva más amplia sobre la vida. La realización de la eternidad del alma libera al individuo de las ataduras del ego y lo acerca a su verdadera naturaleza, que es divina e inmortal.
Desde una perspectiva contemporánea, estas enseñanzas son relevantes en un mundo marcado por la incertidumbre y el sufrimiento. La aceptación de la transitoriedad del cuerpo y el reconocimiento de la inmortalidad del alma pueden proporcionar consuelo en tiempos de pérdida y ayudar a cultivar una vida más significativa y alineada con principios espirituales. Además, este conocimiento puede ser aplicado en contextos como la psicología, la ética y la educación, promoviendo un enfoque más integral y compasivo hacia la existencia humana.
Así pues, los versos 11 al 22 del capítulo 2 del Bhagavad Gita son un tesoro de sabiduría eterna que trasciende las fronteras del tiempo y el espacio. Su mensaje sobre la inmortalidad del alma y la transitoriedad del cuerpo ofrece no solo una visión filosófica profunda, sino también una guía práctica para vivir con propósito, desapego y ecuanimidad. Al contemplar estas enseñanzas, uno se encuentra frente a la posibilidad de un entendimiento más profundo de sí mismo y del universo, lo que lleva, en última instancia, a la liberación espiritual.
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