Entre los secretos mejor guardados de la Edad Media, el Cartulario de San Millán de la Cogolla emerge como un tesoro histórico y lingüístico invaluable. Con documentos que datan de los siglos X al XIII, este compendio no solo ofrece un vistazo a las complejas estructuras sociales y políticas de la época, sino que también alberga las Glosas Emilianenses, los primeros vestigios de las lenguas romances. Un testimonio único de la Reconquista española y el nacimiento de nuevas identidades lingüísticas.


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El Cartulario de San Millán de la Cogolla: Testimonio Documental de la España Medieval


El Cartulario de San Millán de la Cogolla constituye uno de los testimonios documentales más relevantes para la comprensión de la configuración histórica, lingüística y cultural de la España altomedieval. Este excepcional compendio documental, custodiado actualmente en la Real Academia de la Historia, representa mucho más que una simple colección de manuscritos; se erige como un monumento escriturario que atestigua el desarrollo de las instituciones religiosas y seculares durante los primeros siglos de la Reconquista española. Los documentos compilados, que abarcan del siglo X al XIII, conforman un corpus documental de incalculable valor para historiadores, lingüistas y paleógrafos interesados en el estudio de la Edad Media hispánica.

La génesis de este extraordinario cartulario medieval se encuentra indisolublemente ligada al monasterio benedictino homónimo, ubicado en La Rioja, que funcionó como uno de los principales centros culturales y espirituales del reino de Navarra primero, y de Castilla después. Fundado en el siglo VI en torno a la cueva donde, según la tradición, vivió como eremita San Millán (Emiliano), el cenobio experimentó su mayor esplendor durante los siglos X al XII, coincidiendo precisamente con la época de elaboración de gran parte de los documentos que posteriormente serían recopilados en el cartulario. El scriptorium emilianense se consolidó como un destacado centro de producción manuscrita, donde confluyeron influencias cristianas e islámicas en un fascinante sincretismo cultural.

La estructura del Cartulario Emilianense revela la meticulosa labor compilatoria realizada por los monjes benedictinos, quienes seleccionaron y transcribieron sistemáticamente documentos de naturaleza diversa: diplomas reales, donaciones nobiliarias, privilegios eclesiásticos, actas de compraventa y transacciones comerciales, testamentos y litigios. Este heterogéneo conjunto documental no solo permite reconstruir la evolución patrimonial y jurisdiccional del monasterio, sino que también ofrece un vívido retrato de las estructuras sociales, económicas y políticas del territorio riojano y sus zonas limítrofes durante la Alta y Plena Edad Media, convirtiéndose así en una fuente primaria insustituible para la historiografía medieval.

Desde la perspectiva lingüística, el Cartulario de San Millán adquiere una significación excepcional al contener las célebres Glosas Emilianenses, consideradas tradicionalmente como los primeros testimonios escritos de la lengua romance castellana y del euskera. Estas anotaciones marginales, realizadas por copistas anónimos para clarificar términos latinos de difícil comprensión, representan un estadio primigenio en la evolución de la lengua española y constituyen un testimonio invaluable del proceso de transición entre el latín tardío y las incipientes lenguas romances peninsulares. La aparición de estas glosas medievales evidencia además la situación de diglosia existente en los scriptorium monásticos, donde el latín permanecía como lengua de cultura mientras los romances vernáculos emergían como vehículos de comunicación cotidiana.

La datación del cartulario ha sido objeto de intensos debates académicos, aunque actualmente existe cierto consenso en situar su elaboración principal entre finales del siglo XII y principios del XIII, durante el abadiato de Fernando, si bien incorpora copias de documentos notablemente anteriores, algunos de los cuales se remontan al siglo X. Esta distancia temporal entre los hechos documentados y su compilación ha suscitado interesantes discusiones sobre la autenticidad de determinados diplomas, especialmente aquellos que conceden privilegios extraordinarios al monasterio. La crítica documental contemporánea ha identificado varios documentos falsos o interpolados, fabricados probablemente para legitimar posesiones territoriales o derechos jurisdiccionales en un contexto de creciente competencia entre poderes feudales eclesiásticos y seculares.

Desde una perspectiva codicológica, el códice medieval presenta características materiales que reflejan su importancia institucional. Escrito principalmente sobre pergamino de alta calidad, con una cuidada ejecución caligráfica en letra carolina evolucionada hacia la gótica, el cartulario muestra la pericia técnica del scriptorium emilianense y su integración en las corrientes paleográficas europeas. Las iluminaciones y miniaturas que acompañan algunos documentos introducen además un valioso componente iconográfico que completa la dimensión textual, ofreciendo representaciones visuales de personajes, escenas y símbolos que enriquecen nuestra comprensión del imaginario medieval hispánico y su particular asimilación de la tradición benedictina.

El estudio del patrimonio monástico reflejado en el cartulario revela la progresiva acumulación de tierras, molinos, iglesias y derechos señoriales que convirtieron a San Millán en uno de los centros de poder económico más influyentes del norte peninsular. Los documentos evidencian las diversas estrategias empleadas para la expansión patrimonial: desde donaciones piadosas realizadas por monarcas y nobles en busca de beneficios espirituales, hasta complejas operaciones de compraventa, permuta e incluso presiones coercitivas sobre pequeños propietarios. Esta dimensión económica resulta crucial para comprender el funcionamiento de las grandes instituciones eclesiásticas como agentes activos en la organización territorial durante el proceso de repoblación medieval.

Particularmente relevante resulta la información que el cartulario proporciona sobre las relaciones entre el poder monástico y las diferentes instancias políticas de su entorno. Las complejas interacciones con los reinos medievales de Navarra, Castilla y Aragón, frecuentemente en competencia por el control de la región riojana, se reflejan en privilegios y confirmaciones que los sucesivos monarcas otorgaron al monasterio, buscando asegurar su lealtad o recompensar servicios prestados. Estos documentos ilustran la habilidad diplomática de los abades emilianenses para navegar las turbulentas aguas políticas de la época, manteniendo y acrecentando la influencia de su institución mediante alianzas estratégicas con los distintos poderes seculares que se disputaban la hegemonía en la zona.

El análisis prosopográfico de los personajes mencionados en el cartulario posibilita la reconstrucción parcial de redes familiares, clientelares y feudales que articulaban la sociedad medieval riojana. Las listas de confirmantes y testigos que aparecen en los documentos más solemnes proporcionan valiosa información sobre la composición de las élites locales y regionales, sus vínculos de parentesco y sus estrategias matrimoniales. La recurrencia de determinados antropónimos y patronímicos sugiere la consolidación de linajes nobiliarios con presencia continuada en el entorno monástico, actuando como benefactores y, simultáneamente, como beneficiarios de la influencia espiritual y cultural irradiada por el cenobio emilianense.

Desde una perspectiva jurídica, los textos compilados en el cartulario ofrecen un panorama excepcional sobre la evolución del derecho medieval hispánico, mostrando la coexistencia y gradual integración de tradiciones jurídicas diversas: elementos del derecho romano tardío, aportaciones visigóticas, usos consuetudinarios locales y principios del derecho canónico. Esta heterogeneidad normativa se manifiesta especialmente en los documentos que recogen resoluciones de conflictos, evidenciando los procedimientos judiciales empleados, los mecanismos de prueba aceptados y las sanciones impuestas a los infractores. La profusión de fórmulas jurídicas estereotipadas revela además la existencia de una consolidada tradición notarial en la que confluían prácticas documentales hispanorromanas y formularios importados del otro lado de los Pirineos.

La dimensión religiosa y cultural del Cartulario Emilianense trasciende su función primaria como instrumento administrativo para la gestión patrimonial del monasterio. Numerosos documentos contienen valiosas referencias a prácticas litúrgicas, celebraciones hagiográficas, reliquias veneradas y tradiciones devocionales que iluminan aspectos significativos de la religiosidad altomedieval hispánica. Las menciones a libros donados o adquiridos por el monasterio permiten reconstruir parcialmente el contenido de su biblioteca y, por extensión, las influencias intelectuales que conformaron el horizonte cultural de sus monjes. En este sentido, el cartulario complementa admirablemente otras fuentes codicológicas procedentes del mismo scriptorium, como el célebre Códice Emilianense 60 conservado en la Real Academia de la Historia.

La relevancia histórica y cultural del Cartulario de San Millán ha sido reconocida a nivel internacional con su inclusión en el programa Memoria del Mundo de la UNESCO en 2015, consolidando su estatus como pieza fundamental del patrimonio documental español y universal. Esta distinción ha contribuido a potenciar los esfuerzos de conservación, digitalización y difusión del manuscrito, facilitando su acceso a investigadores y público interesado. Los avanzados métodos de análisis no invasivos aplicados recientemente han permitido detectar textos subyacentes y correcciones que revelan interesantes procesos de elaboración y modificación documental, abriendo nuevas vías de investigación sobre las prácticas escribales en los scriptoria monásticos medievales.

El Cartulario de San Millán de la Cogolla representa mucho más que una mera compilación documental; constituye un testimonio poliédrico de la compleja realidad histórica de la España altomedieval, un excepcional monumento lingüístico que documenta los albores de las lenguas romances peninsulares y un invaluable repositorio de información sobre las estructuras sociales, económicas, jurídicas y culturales que configuraron el territorio hispánico durante los siglos de la Reconquista. Su estudio multidisciplinar continúa revelando nuevas perspectivas sobre este período crucial en la formación de las identidades hispánicas, consolidando su posición como una fuente documental de primer orden para la comprensión integral de la historia medieval española.


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