Entre los grandes innovadores que cambiaron el curso de la comunicación moderna, Edwin Howard Armstrong brilla como un genio tan brillante como trágico. Su invención de la frecuencia modulada (FM) no solo transformó la radio, sino que también desató una batalla épica contra el poder corporativo. ¿Cómo pudo un hombre que dio voz al mundo ser silenciado por intereses industriales? ¿Qué precio paga el genio cuando la justicia no escucha su frecuencia?
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Edwin Howard Armstrong: El Genio de la Frecuencia Modulada y la Tragedia de una Invención Robada
Edwin Howard Armstrong, nacido el 18 de diciembre de 1890 en Nueva York, Estados Unidos, representa una figura emblemática en la historia de la radio. Como inventor prolífico, sus contribuciones transformaron la comunicación inalámbrica, aunque su vida estuvo marcada por disputas legales que eclipsaron su genio. Desde joven, Armstrong mostró un interés voraz por la electrónica, influenciado por experimentos caseros durante su infancia. A los 14 años, ya construía receptores rudimentarios, anticipando su futura carrera. Su educación en la Universidad de Columbia, culminando en la graduación en 1913, le proporcionó las bases teóricas para innovaciones que revolucionarían la radiodifusión. En un contexto donde la radio emergía como medio masivo, Armstrong se posicionó como pionero, desarrollando tecnologías que mejoraban la claridad y eficiencia de las señales. Su enfoque en la modulación de frecuencia, conocida como FM, no solo resolvió problemas técnicos inherentes a la amplitud modulada (AM), sino que también planteó desafíos éticos sobre la propiedad intelectual en la era industrial. La historia de Edwin Howard Armstrong ilustra cómo el avance científico puede chocar con intereses corporativos, dejando un legado de innovación y amargura.
La primera gran invención de Armstrong, el circuito regenerativo, patentado el 6 de octubre de 1914 bajo el número US 1.113.149, marcó un hito en la recepción de señales inalámbricas. Este “sistema receptor inalámbrico” amplificaba la señal de manera feedback, permitiendo una sensibilidad sin precedentes en receptores de radio. Durante la Primera Guerra Mundial, su utilidad militar fue innegable, ya que facilitaba comunicaciones claras en entornos hostiles. Sin embargo, esta patente desencadenó la primera de muchas batallas legales. La Corporación de Radio de América (RCA), liderada por David Sarnoff, disputó su originalidad, alegando similitudes con trabajos previos. Armstrong defendió su invención en tribunales durante años, ganando finalmente en 1934 tras dos décadas de litigios. Este episodio reveló las tensiones entre inventores independientes y gigantes industriales, un patrón recurrente en la biografía de Edwin Howard Armstrong. El circuito regenerativo no solo democratizó el acceso a la radio, sino que también subrayó la vulnerabilidad de las patentes en un campo en rápida evolución, donde la frecuencia modulada FM comenzaría a gestarse como su obra maestra.
En paralelo, Armstrong innovó con el receptor superheterodino, patentado en 1918, que convirtió señales de alta frecuencia a una intermedia fija, simplificando la sintonización y reduciendo interferencias. Esta tecnología, aún omnipresente en radios modernas, surgió de sus experimentos como estudiante en Columbia, donde combinó osciladores locales con detectores para lograr una selectividad superior. Poco después, en 1922, patentó el circuito superregenerativo, una variante que regeneraba la señal de forma intermitente para mayor ganancia, ideal para aplicaciones de bajo costo. Estas invenciones consolidaron a Armstrong como el “padre de la radio moderna”, con más de 40 patentes a su nombre. No obstante, la historia de Edwin Howard Armstrong está teñida por reclamos ajenos: Lee de Forest, contemporáneo rival, litigó por el regenerativo, prolongando disputas que agotaron recursos emocionales y financieros. En este panorama, la modulación de frecuencia FM emergió como su respuesta a las limitaciones de la AM, prometiendo una transmisión libre de estática atmosférica y con fidelidad sonora excepcional, aspectos clave en la evolución de la radiodifusión.
La frecuencia modulada, o FM, inventada por Edwin Howard Armstrong, representa un avance técnico fundamental en la historia de la radio. A diferencia de la AM, que varía la amplitud de la onda portadora para codificar información, la FM altera su frecuencia de manera proporcional a la señal moduladora. Esta técnica, patentada el 24 de enero de 1933 mediante cuatro documentos clave, minimiza distorsiones causadas por ruidos y parásitos, ofreciendo una calidad de audio cristalina. Armstrong conceptualizó la FM durante los años 20, inspirado en sus trabajos previos, y la desarrolló en laboratorios improvisados en su apartamento neoyorquino. La invención no solo mejoró la reproducción de música y voz, sino que también abrió puertas a aplicaciones en televisión analógica y comunicaciones espaciales. En un ensayo sobre la historia de la frecuencia modulada, se destaca cómo esta innovación anticipó la era de la alta fidelidad, convirtiendo la radio en un medio artístico y no solo informativo. Sin embargo, la implementación práctica de la FM requirió no solo genialidad técnica, sino también advocacy política, un terreno donde Armstrong enfrentaría sus mayores obstáculos.
El 11 de junio de 1935, Edwin Howard Armstrong realizó la primera demostración pública de la frecuencia modulada en el edificio Empire State de Nueva York, un evento que cautivó a ingenieros y ejecutivos. Transmitiendo desde la cima del rascacielos, mostró cómo receptores FM captaban sin interferencias señales desde distancias lejanas, incluso en tormentas. Esta exhibición, ante figuras como Sarnoff de RCA, subrayó la superioridad de la FM sobre la AM dominante. Para validar su utilidad, Armstrong influyó en la Comisión Federal de Comunicaciones (FCC) para asignar una banda exclusiva entre 42 y 50 MHz, permitiendo experimentos comerciales. Esta maniobra estratégica posicionó la FM como alternativa viable, atrayendo inversiones iniciales. La historia de la invención de la FM por Edwin Howard Armstrong ilustra un momento de optimismo, donde la tecnología prometía transformar la radiodifusión en un espectro más amplio y nítido. No obstante, el entusiasmo inicial pronto chocó con resistencias corporativas, revelando las complejidades de introducir innovaciones disruptivas en un mercado monopolizado.
Con el respaldo de la FCC, Armstrong fundó la Yankee Network en 1939, una red de estaciones FM en Nueva Inglaterra que transmitía programas de alta calidad, desde conciertos sinfónicos hasta noticias en vivo. Esta iniciativa, con torres potentes en Alpes, Massachusetts, demostraba la viabilidad comercial de la FM, atrayendo oyentes con su ausencia de “ruido blanco” típico de la AM. La red Yankee no solo probó la robustez de la modulación de frecuencia, sino que también generó ingresos mediante licencias de patentes, con Armstrong cobrando regalías por cada receptor FM vendido. En este período, la biografía de Edwin Howard Armstrong brilla como la de un visionario emprendedor, fusionando ingeniería con negocio. Sin embargo, el estallido de la Segunda Guerra Mundial pausó expansiones, aunque sus tecnologías se usaron en radares y comunicaciones aliadas, reforzando su legado militar. La Yankee Network simbolizaba el potencial de la radio FM para democratizar el entretenimiento, pero su destino se entrelazó inexorablemente con las maquinaciones de RCA, que veía en la FM una amenaza a su imperio AM.
Al finalizar la guerra en 1945, la Corporación de Radio de América, bajo presión de David Sarnoff, orquestó un cambio drástico en el espectro radioeléctrico. La FCC reasignó la banda FM de 42-50 MHz a 88-108 MHz, supuestamente para acomodar la televisión VHF en los 40-50 MHz. Este movimiento, que invalidó miles de receptores existentes, se percibe hoy como una maniobra para proteger el mercado AM de RCA y facilitar la TV, un sector donde dominaban. Armstrong denunció la decisión como sabotaje, argumentando que la nueva banda alta degradaba la cobertura en áreas rurales. La historia de la frecuencia modulada FM incluye este episodio como ejemplo paradigmático de cómo intereses corporativos pueden retrasar avances tecnológicos. La Yankee Network colapsó, con estaciones cerradas y pérdidas millonarias, dejando a Edwin Howard Armstrong en una posición precaria. Expertos estiman que este cambio demoró la adopción masiva de la FM por dos décadas, perpetuando la supremacía de la AM hasta los años 60.
Las batallas legales entre Edwin Howard Armstrong y RCA escalaron rápidamente, con la corporación reclamando patentes sobre la FM basadas en trabajos de sus ingenieros. En 1940, RCA demandó a Armstrong por infracción, invirtiendo el reclamo original y alegando que sus sistemas multiplex eran independientes. Los juicios, que se prolongaron por años, consumieron fortunas: Armstrong gastó el 90% de su tiempo y recursos en litigios, vendiendo propiedades para financiarlos. En 1954, un tribunal falló inicialmente a favor de RCA, exacerbando su depresión. Esta lucha legal contra RCA por la patente FM ejemplifica las injusticias en la propiedad intelectual, donde inventores solitarios enfrentan maquinarias judiciales de gigantes. Documentos desclasificados revelan cómo Sarnoff, rival personal de Armstrong desde Columbia, utilizó influencia política para socavar su trabajo. La tragedia de Edwin Howard Armstrong no radica solo en la pérdida financiera, sino en el erosión de su fe en el sistema que patentó sus ideas.
El 31 de enero de 1954, Edwin Howard Armstrong, exhausto por la “traición” corporativa, se suicidó saltando desde el piso 13 de su apartamento en Manhattan. En una nota conmovedora a su esposa, Esther Marion MacInnis —con quien se casó en 1935 y quien lo apoyó inquebrantablemente—, escribió: “Que Dios te ayude y tenga piedad de mi alma”. Este acto culminó una vida de logros eclipsados por disputas, reflejando el costo psicológico de la innovación en un entorno hostil. La noticia sacudió la comunidad científica, con obituarios lamentando no solo al inventor de la FM, sino al hombre que elevó la radio a arte. El suicidio de Edwin Armstrong subraya temas profundos en la historia de la ciencia: el aislamiento del genio y el precio de la integridad. Marion, devastada pero resuelta, asumió la antorcha legal, iniciando 21 demandas contra RCA y otros, un esfuerzo que prolongó su agonía personal pero honró su memoria.
Tras la muerte de Edwin Howard Armstrong, su viuda Marion continuó la cruzada por las patentes FM con tenacidad admirable. En 1967, trece años después, un tribunal federal falló a su favor, otorgando $1 millón en compensaciones de RCA, reconociendo la originalidad de las invenciones de su esposo. Esta victoria póstuma validó la modulación de frecuencia como creación exclusiva de Armstrong, aunque llegó demasiado tarde para beneficiarlo. La batalla legal de Marion contra RCA por la patente FM se convirtió en símbolo de justicia diferida, permitiendo que regalías fluyeran a su patrimonio y financiaran becas en Columbia. En las décadas siguientes, la radio FM sobrepasó a la AM en popularidad, con estaciones en la banda 88-108 MHz dominando la música y el habla de alta fidelidad. La historia de la invención de la FM por Edwin Howard Armstrong, culminando en esta redención tardía, resalta cómo el legado personal puede trascender la adversidad, influyendo en la adopción global de tecnologías inalámbricas.
El legado de Edwin Howard Armstrong perdura en cada transmisión FM, desde emisoras comerciales hasta satélites espaciales. Póstumamente, fue inducido al Salón de la Fama de la Radio en 1980 y reconocido por la Unión Internacional de Telecomunicaciones junto a Tesla y Marconi. Sus patentes, como el superheterodino, siguen en uso en dispositivos cotidianos, mientras que la FM inspira modulación digital en 5G. La biografía de Edwin Howard Armstrong enseña lecciones sobre resiliencia: pese a las maquinaciones de RCA, su visión de una radio clara y accesible prevaleció. En un mundo donde la innovación enfrenta corporaciones dominantes, su historia advierte sobre la necesidad de protecciones éticas para inventores. La tragedia de Edwin Armstrong y la invención de la FM no es mera anécdota; es un capítulo esencial en la evolución de la comunicación, recordándonos que el progreso técnico debe equilibrarse con equidad humana.
En conclusión, Edwin Howard Armstrong encarna el dualismo de la invención: gloria técnica y dolor personal. Su desarrollo de la frecuencia modulada FM no solo resolvió dilemas de interferencia, elevando la radiodifusión a estándares de calidad inigualables, sino que también expuso fisuras en el sistema patentario estadounidense. Las maniobras de RCA, el cambio de banda en 1945 y los litigios interminables culminaron en su suicidio, un epílogo trágico a una vida de contribuciones descomunales. Sin embargo, la victoria de Marion en 1967 y la ubiquidad actual de la FM validan su genialidad, demostrando que la verdad científica trasciende manipulaciones temporales. La historia de la lucha legal contra RCA por la patente FM invita a reflexionar sobre equidad en la innovación, urgiendo reformas para proteger a creadores independientes. Armstrong, el inventor de la FM, no debe ser olvidado; su legado inspira a generaciones a perseguir avances audaces, recordándonos que la claridad en las ondas, como en la justicia, requiere perseverancia inquebrantable.
En última instancia, su narrativa fundamenta la tesis de que el verdadero progreso radica no solo en el descubrimiento, sino en su defensa contra la injusticia, asegurando que la voz del genio resuene eternamente.
REFERENCIAS
Lessing, L. P. (1956). Man of high fidelity: Edwin Howard Armstrong. J. B. Lippincott Company.
Schott, M. (2023, 27 de febrero). Edwin H. Armstrong. Engineering and Technology History Wiki. https://ethw.org/Edwin_H._Armstrong
Sterling, B. (2019, 7 de mayo). Biography of Edwin Howard Armstrong, inventor of FM radio. ThoughtCo. https://www.thoughtco.com/edwin-howard-armstrong-1991244
DeLissio, L. (2012). A case study of Edwin Howard Armstrong’s public relations campaign for FM radio [Tesis de maestría, Rochester Institute of Technology]. RIT Scholar Works. https://repository.rit.edu/theses/3065
Radio Club of America. (1990). The legacies of Edwin Howard Armstrong. https://www.worldradiohistory.com/BOOKSHELF-ARH/Biography/Legacies-of-Edwin-Howard-Armstong-1990-11-Radio-Club-of-America.pdf
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