Muy pocos saben que un icono de su tiempo, como fue Bruce Lee en los años 70, no solo pasó sus años de juventud bailando, sino que llegó a ser campeón de chachachá.
Más allá de su gran incursión en las artes marciales, Bruce Lee ya había demostrado una gran habilidad en el baile de salón.
“Vacía tu mente, sé amorfo, moldeable, como el agua. Si pones agua en una taza se convierte en la taza. Si pones agua en una botella se convierte en la botella. Si la pones en una tetera se convierte en la tetera”.
Bruce Lee y la Danza
Bruce Lee es reconocido por ser un gran artista marcial, filósofo, actor e instructor chino. Dedicó gran parte de su vida a las artes marciales, renovando muchas veces dicha disciplina, siempre en busca de la perfección. Como resultado de su constante trabajo creó un método de combate único al que llamó Jeet Kune Do.
“El arte de vivir se asemeja más a la lucha que a la danza en lo que se refiere a estar firmemente dispuesto a hacer frente a los accidentes, incluso a los imprevistos”.
Bien es sabido que la danza ayuda a descubrir las posibilidades del cuerpo, mantenerse en forma y crear una apasionante disciplina en quien la practica. Así lo vieron los padres de Bruce Lee quienes le enseñaron los secretos del baile de salón en Hong Kong como una alternativa para que su hijo no se involucrara con las temibles pandillas de China.
El artista marcial llegó a tener una reputada carrera como bailarín en su juventud. Incluso participó en un concurso de chachachá en Hong Kong donde obtuvo el primer puesto.
En un ritmo totalmente cubano, Bruce Lee demostró un alto dominio del cuerpo al moverse con elegante técnica y manifestar un gran sentido de la música latina.
Aunque el artista marcial demostró gran capacidad en el ámbito del baile, desarrollando la danza con la maestría que lo caracterizaba, su camino lo llevó a declinarse por el Kung fu, donde daría cátedra de una gran disciplina y entrega, e incluso crearía su propio estilo convirtiéndose en un ídolo mundial.
El Candelabro. Iluminando Mentes
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