En las sinuosas callejuelas de Praga, donde las sombras de la historia susurran secretos del pasado, surge una leyenda que entrelaza misticismo, valentía y la eterna búsqueda de justicia. Esta es la historia del Gólem de Praga, un relato que se remonta al siglo XVI, nacido del corazón de la comunidad judía, acosada por falsas acusaciones y amenazas mortales. En el centro de esta fascinante leyenda se encuentra el rabino Judah Loew ben Bezalel, un erudito enigmático cuyos conocimientos de la Cábala lo llevaron a crear una de las figuras más emblemáticas y enigmáticas del folclore judío: el Gólem, una criatura de barro animada por lo divino, destinada a ser protectora de un pueblo en peligro. Su historia, rica en simbolismos y lecciones éticas, ha trascendido el tiempo, inspirando innumerables obras de arte, literatura y cultura, manteniéndose como un poderoso símbolo de resistencia y esperanza.



Origen de la leyenda


La leyenda del Gólem de Praga se remonta al siglo XVI, cuando la comunidad judía de la ciudad sufrió una serie de persecuciones y calumnias por parte de los cristianos, que los acusaban de ritos sangrientos y crímenes contra los niños. Estas acusaciones eran conocidas como «libelos de sangre» y se basaban en falsos testimonios y prejuicios antisemitas.

Según la leyenda, el rabino Judah Loew ben Bezalel, también llamado Maharal, era el líder espiritual de los judíos de Praga y un gran erudito del Talmud y la Cábala, la mística judía. Ante la amenaza de que el emperador Rodolfo II expulsara o matara a los judíos, el rabino decidió crear un Gólem, una criatura de barro animada por la palabra de Dios, para proteger a su pueblo.

El Gólem es una figura que aparece en varios textos y tradiciones judías, desde el Génesis hasta el Talmud y la Cábala. El término significa «materia informe» o «embrión» y se refiere a un ser humanoide hecho de arcilla, polvo o piedra, al que se le da vida mediante fórmulas mágicas o el nombre sagrado de Dios.

El rabino Loew, según la leyenda, moldeó el Gólem con el barro del río Moldava, junto con sus dos ayudantes. Luego, escribió en su frente la palabra hebrea «emet», que significa «verdad» o «realidad», y pronunció el nombre de Dios. Así, el Gólem cobró vida y obedeció las órdenes de su creador. El rabino le puso el nombre de Yosef, que significa «aumentará» o «añadirá»


Significado de la leyenda


La leyenda del Gólem de Praga tiene varios significados y simbolismos, tanto religiosos como históricos y culturales. Por un lado, refleja la situación de opresión y discriminación que vivían los judíos en la Europa medieval y moderna, así como su anhelo de justicia y liberación. El Gólem representa la esperanza de un salvador que defienda a los inocentes y castigue a los culpables.

Por otro lado, la leyenda también plantea cuestiones éticas y filosóficas sobre la creación de vida artificial, el poder de la palabra y el nombre de Dios, y los límites de la intervención humana en la naturaleza. El Gólem es una obra de arte y de ciencia, pero también un ser peligroso y potencialmente destructivo, que escapa al control de su creador. El rabino Loew debe asumir la responsabilidad de su creación y de sus consecuencias.

Además, la leyenda tiene un valor simbólico y alegórico, que se relaciona con el sentido de la identidad y la pertenencia de los judíos, así como con el concepto de mesianismo. El Gólem es una figura ambigua, que puede ser vista como un héroe o un monstruo, como un ser humano o una cosa, como un símbolo de la fuerza o de la debilidad de los judíos. El Gólem también alude al mesías, el ungido de Dios que vendrá a restaurar el orden y la paz en el mundo, pero que aún no ha llegado.


Repercusión de la leyenda


La leyenda del Gólem de Praga se difundió ampliamente en el siglo XIX, gracias a la publicación de varios relatos y novelas que la recrearon con distintas variantes y adaptaciones. Entre los autores que se inspiraron en la leyenda se encuentran Franz Kafka, Gustav Meyrink, Isaac Bashevis Singer, Jorge Luis Borges y Elie Wiesel.

La leyenda también ha tenido una gran influencia en el cine, el teatro, la música, el cómic y el arte. Algunas de las obras más conocidas que han tratado el tema del Gólem son las películas El Golem (1915) y El Golem, cómo vino al mundo (1920), de Paul Wegener; la ópera El Golem (1926), de Eugen d’Albert; el musical Yosef, el Golem de Praga (2007), de Abraham Bursztein; el cómic El Golem (2012), de Lorenzo Mattotti y Claudio Piersanti; y la escultura El Golem (2014), de Mark Podwal.

La leyenda del Gólem de Praga sigue siendo una de las más fascinantes y enigmáticas de la tradición y la cultura judías, y una fuente de inspiración para la imaginación y la creatividad de generaciones de artistas y escritores.


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