En un mundo donde las diferencias a menudo se convierten en divisiones, la Sociedad Teosófica propone una solución antigua pero profundamente relevante: la tolerancia. Este principio no solo aboga por la coexistencia pacífica, sino que se eleva como un pilar espiritual para entender la diversidad humana y divina.

Helena P. Blavatsky, una de las mentes más influyentes detrás de la teosofía, destacó la tolerancia como una virtud esencial, no solo dentro de los límites de su sociedad, sino como un modo de vida extendido a todas las esferas de la interacción humana. A través de sus escritos, nos invita a ver en cada creencia una ventana hacia la sabiduría universal, una perspectiva que promete tanto paz como iluminación.


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La Tolerancia en la Teosofía: Virtud y Práctica Espiritual


La tolerancia es una de las principales virtudes que debe practicar el teósofo, y así los miembros de la Sociedad Teosófica están todos ligados entre si por sólidos lazos de mutuo respeto y amplia tolerancia. Pero esta noble virtud no debe limitarse a los miembros de dicha sociedad, sino que debe hacerse extensiva a toda clase de personas, y por lo tanto, el teósofo ha de respetar las ideas y creencias ajenas, por muy opuestas que sean a las suyas, como se halla consignado en el primero de los objetivos de la S.T. Hay que deponer fanáticas intolerancias y enconados antagonismos, sobre todo en cuestiones religiosas; se ha de ver en toda religión una expresión de la Sabiduria Divina. Todas las ideas, especialmente las religiosas, por deficientes y erróneas que nos parezcan, están sujetas a una ley y tienen un lugar especial y propio en el sendero de la evolución, en particular.

H.P. Blavatsky – (Glorario Teosófico)



El concepto de tolerancia, como se aborda en el pasaje de H.P. Blavatsky en el «Glosario Teosófico», es fundamental para comprender los valores que impulsa la Sociedad Teosófica. La tolerancia es vista no solo como una virtud ética, sino también como una práctica esencial para la convivencia pacífica y el progreso espiritual.


El Fundamento de la Tolerancia en la Teosofía


En la teosofía, la tolerancia es entendida como el respeto y aceptación hacia las creencias y prácticas de otros, particularmente en el contexto de la diversidad religiosa y espiritual. Blavatsky subraya que todos los miembros de la Sociedad Teosófica deben adherirse a esta virtud, que sirve como un puente entre diversas creencias y culturas. Este respeto mutuo es crucial no solo para mantener la armonía dentro de la sociedad, sino también para fomentar un ambiente en el que se pueda buscar la verdad sin prejuicios.


Tolerancia vs. Intolerancia


La intolerancia, especialmente en materias de creencia religiosa, es vista como un obstáculo para el desarrollo espiritual y humano. Blavatsky advierte contra la intransigencia y los «enconados antagonismos», que pueden derivar de la adherencia dogmática a una sola perspectiva. La teosofía promueve la idea de que todas las religiones son expresiones de la Sabiduría Divina, y que, por deficientes o erróneas que puedan parecer, tienen un lugar en el gran esquema de la evolución espiritual y cultural de la humanidad.


La Tolerancia Como Medio para la Paz y la Verdad


La consigna de «Paz» y el objetivo de «Verdad» mencionados por Blavatsky resaltan la función de la tolerancia como medio para alcanzar estos ideales. La paz no se ve simplemente como la ausencia de conflicto, sino como una armonía activa fomentada por el entendimiento y el respeto entre diferentes culturas y creencias. Del mismo modo, la verdad en este contexto es un concepto multifacético que se revela a través de una variedad de perspectivas y experiencias religiosas y espirituales.


Aplicaciones Prácticas de la Tolerancia


Practicar la tolerancia implica más que la aceptación pasiva de diferencias. Requiere un esfuerzo activo para entender y valorar las perspectivas ajenas, incluso cuando se contraponen a las propias creencias. Esto puede incluir el diálogo interreligioso, la educación multicultural y la colaboración en proyectos que trascienden las barreras culturales y religiosas.


Desafíos y Críticas


Si bien la tolerancia es una virtud elevada, también enfrenta críticas cuando se percibe como una aceptación superficial o como un compromiso que podría diluir las verdades profundas de una creencia particular. Además, la aplicación práctica de la tolerancia a veces entra en conflicto con principios como la justicia y la equidad, especialmente cuando se trata de tolerar prácticas o creencias que en sí mismas pueden ser intolerantes o perjudiciales.


Conclusión


La perspectiva teosófica sobre la tolerancia ofrece una visión integral y espiritualmente enriquecedora que no solo aboga por la coexistencia pacífica, sino también por una comprensión más profunda y respetuosa de la diversidad humana. Al fomentar la tolerancia, la Sociedad Teosófica busca cultivar un terreno fértil para el diálogo, el entendimiento mutuo y la búsqueda compartida de la verdad, reflejando una visión del mundo que abraza la unidad subyacente en la diversidad.


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